26.5.08

Fantasía nro. 1

Desperté. Tropezando llegué hasta el espejo del botiquín. Había algo raro y no era resaca. Había algo raro y no era sueño. No entendía a qué venía esa sensación de angustia y fastidio. Lavé mi cara, duchándome cerré mis ojos tratando de acomodar los vestigios de la noche pasada. Ahí estabas vos. Ahí estaba yo. Ahí, la causa de mi malestar. Vos habías dejado de ser ideal.
Ya no sos aquello que yo fantasee, pasaste a ser solo vos.
El que habla a la velocidad de la luz y patina las palabras. El que seduce y me mira de reojo. El que dice no en un sí, y sí en un no.
Ahora sos real, con cada defecto que acumulas. Me arrinconas, me intimidas siendo vos, y no puedo resguardarme en el otrora, no puedo seducirte con mis palabras pensadas. Estas enfrente mío y no reacciono.
Lo dejo pasar. Lo dejo pasar. Hablo rápido, desatino o me quedo callada.
Y todo lo inventado, el color de tus ojos, el sonido de tu voz, las caricias de tus manos se borran y ya nada es tan perfecto como lo imaginado.
Ahora te veo a vos… eso me da rabia, duele. Ahora vuelvo a recordar cómo caminas, cómo te cuesta quedarte quieto, la forma en que fumas, las líneas de tu boca y cómo te pones nervioso. Lejos queda aquella imagen que de ti dibuje, idealizada y perfecta. Ahora sos vos y me cuesta elegirte... prefiero mi ilusión.