Asistí a una fiesta de disfraces, y en ese varieté grotesco de personajes, personalidades y personas, me sorprendieron los siguientes datos reveladores:
1) Que la fiesta sea de disfraces no te garantiza de que va a ser un éxito. A quien invitas es determinante;
2) Seguro vas a gastar más en alcohol. Mucho más;
3) El borrachín pesado de toda fiesta se potencia al punto insoportable. Seguro quiebra, seguro;
4) Las minas siempre se visten lo más trolas posibles. Este dato no admite discusión, cada vez que hay una fiesta de disfraces parece que la tendencia es "ponerme la menor ropa posible" y calzarme "la mucamita, la enfermera sexy, o cuaquier otra fantasía de esas". Nunca tiran un dinosaurio Barny bien lisérgico o algo gracioso. Esa es la regla general, en latín jurídico sería: "iuris tantum".
5) Finalmente, los varones optan por dos opciones: a) cambalachean a full ; o b) algún superheroe de su infancia. A ellos no se les aplica la regla de la "fantasía sex", ni se les ocurre ponele disfrazarse de streaper o algo asi.